Pigmalion, para mal y para bien
La discriminación empieza por uno mismo. Si no te consideras inferior, nunca podrán hacerte sentir así y seguirás luchando con uñas y dientes para conseguir lo que quieres.
La discriminación empieza por uno mismo. Si no te consideras inferior, nunca podrán hacerte sentir así y seguirás luchando con uñas y dientes para conseguir lo que quieres.